viernes, 21 de mayo de 2010

¿Culturas Híbridas? Teoría de Garcia Canclini

Investigación


En Culturas híbridas, García Canclini describe las relaciones entre una modernización socioeconómica incompleta, la modernidad que ésta ha producido y las tradiciones que ha tratado de superar. Mientras que la idea ortodoxa de la modernidad implica la desaparición de tradiciones premodernas, en América Latina tales tradiciones persisten a pesar de décadas de modernización. Al contrario de los pronósticos de las grandes narrativas de desarrollo y de progreso, los efectos modernizadores de la urbanización y de los medios masivos de comunicación no han eliminado las formas culturales tradicionales, sean éstas cultas o populares:
La modernización disminuye el papel de lo culto y lo popular tradicionales en el conjunto del mercado simbólico, pero no los suprime.
Rebusca el arte y el folclore, el saber académico, y la cultura industrializada, bajo condiciones relativamente semejantes. Lo que se desvanece no son tanto los bienes antes conocidos como cultos o populares, sino la pretensión de unos y otros de conformar universos autosuficientes.
El resultado de la modernización desigual latinoamericana es lo que García Canclini llama la “heterogeneidad multitemporal” en la que formas de expresión cultural de diferentes épocas coexisten, y (en contraste con la heterogeneidad de Cornejo Polar) las divisiones y jerarquías culturales (lo culto/lo popular) se desdibujan.
Las formas culturales modernas y las tradicionales no sólo coexisten, sino que se hibridizan a través de procesos que García Canclini describe en detalle. Los elementos de la cultura tradicionalmente culta son retrabajados e incorporados a formas culturales populares y viceversa, mientras que productos culturales de todo tipo, los populares tanto como los cultos, circulan en los medios masivos y en el mercado internacional. (Kokotovic, 2000)


Además, las imágenes transmitidas por los medios masivos cada vez más transnacionales son apropiados y transformados por agentes/productores culturales populares tanto como los cultos para sus propios fines. Lo que todavía se llama cultura popular es, según García Canclini, “el producto multideterminado de actores populares y hegemónicos, campesinos y urbanos, locales, nacionales y transnacionales”. Las culturas híbridas de América Latina combinan de una manera nueva y compleja lo moderno y lo tradicional, lo regional, lo nacional, y lo transnacional, lo culto, lo popular y lo masivo. (Kokotovic, 2000)
La hibridez es algo patentemente positivo para García Canclini. Reconoce que los procesos de hibridación cultural son frecuentemente conflictivos, pero los considera más compatibles con la democratización que otras formas de política basadas en identidades nacionales, culturales o raciales inmutables, que para
él son poco más que separatismos particularistas. La hibridez es también un ideal implícito en su visión de “sociedades con proyectos democráticos compartidos por todos sin que igualen a todos, donde la disgregación se eleve a diversidad y las desigualdades (entre clases, etnias o grupos) se reduzcan a
diferencias”. Sin embargo, las fuerzas modernizadoras que impulsan la hibridación también producen desigualdades que son obstáculos a la realización de la promesa democratizadora de la hibridez. (Kokotovic, 2000)
Según García Canclini, los procesos de hibridación no son siempre espontáneos ni necesariamente ocurren de una manera imprevista. Muchas veces grupos e individuos consciente e intencionalmente adaptan sus tradiciones culturales, sus saberes y prácticas a nuevas circunstancias, y producen así formas culturales híbridas utilizando una estrategia que García Canclini llama la reconversión. El término por lo general se refiere a la reconversión económica de fábricas, procesos de producción y saberes técnicos efectuada por grupos hegemónicos, pero también se encuentran estrategias de reconversión económica y simbólica en sectores populares: los migrantes campesinos que adaptan sus saberes para trabajar y consumir en la ciudad, y sus artesanías para interesar a compradores urbanos; los obreros que reforman su cultura laboral ante las nuevas tecnologías productivas; los
movimientos indígenas que reinsertan sus demandas en la política transnacional o en un discurso ecológico, y aprenden a comunicarlas por radio y televisión. (Kokotovic, 2000)
La reconversión es una de las maneras en que las culturas tradicionales han sobrevivido la modernización. En vez de desaparecer, las culturas tradicionales “se han desarrollado transformándose”. (Kokotovic, 2000)

Los medios de comunicación contribuyen en la hibridación cultural mediante la socialización de hallazgos de otras culturas e incluso ayudan en la fusión de éstas con las tradiciones de las regiones a la que pertenecen. Mediante su expansión hace que todos se relacionen con repertorios multiculturales, se encargan de la redistribución masiva de los bienes simbólicos tradicionales por los canales electrónicos de comunicación, generando interacciones más fluidas entre lo culto y lo popular, lo tradicional y lo moderno. (Garcia Canclini, 1997)

Las concepciones de hibridez y sus estrategias se pueden resumir en el nivel del objeto en los siguientes grupos:
a) Hibridez es entendida como la difícil y compleja conjunción de culturas, religiones y etnias;
b) Hibridez se entiende también como el empleo de diversos sistemas de signos lingüísticos y no-verbales tales como multilingüismo, internet, video, film, pintura, mundos digitales y virtuales, electrónicos, sistemas de máquinas (cyberspace, por ejemplo);
c) Hibridez se refiere al entrecruce de sistemas antropológicos y sistemas discursivos tales como el sistema homeopático, el feminista, el gay o el histórico;
d) Hibridez se concibe como una categoría de ‘teatralidad’;
e) Hibridez apunta a un tipo de ciencia “transversal”, como una actividad transdisciplinaria. (De Toro, 2003)

El término ‘hibridez’, que en la teoría de la cultura por lo general y en Latinoamérica en particular es empleado en forma equivalente al de ‘heterogeneidad’ (cfr. Balme 1995; Brunner 1986: 178, 180)15, reúne también los términos de ‘différance’ (castellano: ‘diferancia’) y ‘Altarity’ (castellano: ‘altaridad’). (De Toro, 2003)
La estrategia de la hibridez apunta a la potencialización de la diferencia y no a su reducción, asimilación, adaptación, en un primer momento. En un segundo momento condice la estrategia de la hibridación un “reconocimiento de la diferencia”, esto es a la posibilidad de negociar identidades diferentes en un tercer espacio. (De Toro, 2003)
Además la hibridez implica expresar categorías tabuizadas en el debate multicultural como el ‘miedo’ y ‘alienación’ frente a lo extraño, como el reclamo de patria e identidad, pero no en un sentido de exclusión, sino de negociación. (De Toro, 2003)

El Papel de los Derechos Humanos en el Convivencia






La cultura es la marca que diferencia una sociedad de otra, al componerse de un conjunto de formas y expresiones, con prácticas, tradiciones, hábitos, creencias, normas y en general costumbres de quienes han sido participes. Esta a la vez, es un componente esencial de la convivencia, como conjunto de valores, principios, convicciones, leyes e incluso la moral.
Este concepto vivido a partir de relaciones sociales es regulado y afectado por sucesos del entorno, que cambian su importancia y dinámica de acuerdo a la apreciación, reacción y normatividad establecida.

Es en este punto, donde los Derechos Humanos tienen un papel fundamental pues actúan como reguladores de las relaciones sociales basados en ideales de acción como libertad, paz, justicia, dignidad, progreso social, en busca de la constitución de una sociedad mejor. A través de sus líneas se percibe el ánimo de respeto por la vida, la diversidad y de forma principal la dignidad humana, sin atentar en contra de las comunidades que de alguna forma se constituyen como diferentes a las sociedades más desarrolladas. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales reconoce el derecho a la libre determinación de los pueblos, de forma que pueden establecer libremente su condición política y administrarse en búsqueda del desarrollo económico, social y cultural, con disposición para utilizar sus riquezas y recursos naturales e incluso rechaza la privación de un pueblo sobre sus medios de subsistencia, sin embargo algunos países por su afán de desarrollo, cambian de valores, principios y convicciones, dando prioridad a la avaricia, la injusticia, la violencia y la inequidad brindando un panorama social alejado del ideal de los Derechos Humanos, aún cuando el tratado busca generar la mejor calidad de vida sin invadir espacios comunitarios de gran valor cultural regulando la convivencia.

Algunos de estos cambios son generados por La globalización, uno de los signos de los tiempos actuales, está ejerciendo una influencia cada vez mayor en el disfrute de los derechos humanos en áreas importantes del planeta. El derecho como expresión de voluntades históricas es sometido al fuego cruzado de un pragmatismo que intenta condescender con los nuevos actores económicos transnacionales. Los juristas abogados y magistrados más que defender el Estado de derecho, se subordinan a poderes fácticos privados, relegando todos los principios que aspiran a una seguridad jurídica y a la justicia como valor hasta ayer defendidos y controlados por los propios operadores del derecho o lo que afirma Bobbio, quien sostiene textualmente: En la moderna sociedad industrial se está verificando una sensible reducción de la función específica del derecho como medio de control social y ello por varias razones: ante todo por el aumento de los medios de comunicación de masas y por la consiguiente introducción de medios de control de tipo persuasivo y no coactivo cuya eficacia está confiada al condicionamiento psicológico; además, por la utilización de los conocimientos cada vez más adecuados que las ciencias sociales están en condiciones de proporcionar sobre las motivaciones de las conductas desviadas y sobre las condiciones que las hacen posible, conocimientos que permiten sustituir por un control anticipado y preventivo el control represivo propio del derecho.


En Colombia por ejemplo, aún no se respetan los derechos humanos pues las persecuciones políticas promueven la impunidad de crímenes, mediante tres razones expuestas por Gustavo Gallòn “simulación de justicia, preservación del poder mafioso y ocultamiento de la responsabilidad social”. (2007, 2)
Los falsos positivos, las acciones de grupos paramilitares y guerrilleros llaman la atención generando dudas sobre la labor que cumple el gobierno y las fuerzas armadas quienes en lugar de proteger al pueblo parece que amenazan la supervivencia. Los derechos a la vida, la paz, la seguridad, la propiedad, la libertad, la educación, la salud, la cultura, el empleo, la vivienda, son todos brutalmente violados desconociendo su vigencia en la Constitución de 1991 y en la Carta Internacional de Derechos Humanos a la cual se ha adherido Colombia.

Ante tantas violaciones de la dignidad humana en medio de una convivencia que se caracteriza por ser poco sana, los derechos humanos tienen la función de traer la igualdad al medio, respaldada por los estados quienes son los principales responsables de su aplicación, aunque una comunidad represente en sus prácticas costumbres, pensamientos, rituales, paradigmas y opiniones se hace necesario crear medios que eviten la destrucción del ser humano en medio de éstas acciones.
Algunos entienden los Derechos Humanos como una violación a su identidad e incluso una incursión de grandes potencias a su vida privada pero no ven el poder que estos tienen para conservar la vida, la igualdad, la justicia, la integridad y la libertad, en casos en los que un hombre se cree superior que una mujer, un habitante de los países más desarrollados superior a un aborigen, un rico a un pobre o un blanco superior a un negro, lo que es común y aceptado socialmente, evidenciando la ruptura enunciada en el módulo de Convivencia y Expresiones Culturales, entre los reguladores de la convivencia: ley, moral y cultura.
Se debe reconocer desde la misma sociedad la multiculturalidad, pues los Derechos Humanos ya lo han hecho, todas las culturas son legitimas, iguales y dinámicas enriqueciendo la convivencia, es parte de ésta aprender a convivir con las diferencias, “valorar nuestra cultura supone respetar y defender la del otro” dice Pablo Suess (Llopis, 2003), enriquecer la naturaleza humana, y avanzar hacia una nueva forma de convivencia basada en el respeto por los Derechos Humanos.

Diferencias Básicas entre los Conceptos Centrales del Término Convivencia

Los invito a que revisemos de forma detenida cuales son las diferencias entre los términos más significativos de la palabra Convivencia...
Analicemos la siguiente imagen: